jueves, 11 de agosto de 2011

Por la convicción de que es posible...

Nos enfrentamos a una realidad en la que la convicción es un aspecto determinante para hacer política, donde la responsabilidad pasa a ser un aspecto de minima importancia. es pues nuestra triste realidad mexicana...

Hoy nos encontramos en un mundo en el que el dinero y el interés propio han suplantado el lugar de la solidaridad y el bien común, en una realidad en la que los intereses de un mínimo porcentaje de la población se ven ante-puestos a los de la mayoría de la sociedad, en un México que está a punto de llegar (en mi opinión) a un punto de inflexión en el que perdamos todo lo que algún día nos caracterizó como esa gran sociedad de un gran país.

Estamos atrapados en un punto en el que la convicción de que los ideales políticos de unos son mejores que los de otros, en donde, si el equipo de otros no tiene privilegios es imposible avanzar junto con el de aquellos, estamos pues atrapados en un limbo donde nadie asume su responsabilidad y todos voltean para apuntar y no para accionar y corregir.

Y hoy, es cuando las incipientes muestras de organización no son suficientes, pues demuestran un gran poder de convocatoria pero un casi nulo poder de acción.

Tenemos un gobierno que para actuar en materia económica (como ejemplo) primero señala, fustiga y al final propone, siempre condicionando este avance para tener otro, cuando realmente está diseñado para proponer discutir y accionar en todos los ámbitos a la vez...

Lo lamentable es que se antepone una convicción (falsa) a la responsabilidad que tiene la clase política de pavimentar el camino de desarrollo, seguridad y convivencia de los ciudadanos.

Nos encontramos en una orquesta que toca sin ritmo, pero sí con mucho volumen... todos gritan sus logros; desarticulados todos ellos, pero dicen logros al final del día, cuando hace falta coordinar todas las acciones de gobierno, para la supervivencia de la sociedad mexicana.

Aclaro, no es malo hacer política de convicción, siempre que esta apunte al bien de los mexicanos...

Es momento de que todos hagamos política, cada quien a su manera, pero todos esta vez juntos con una misma responsabilidad, la de exigir un alto a los chantajes políticos, el exigir un alto a la simulación legislativa, el exigir que desaparezcan los dobles intereses y los intereses ocultos... Es momento de poner puntos sobre cada i, y de hechar a andar ese gran aparato gubernamental que tenemos... es momento pues de exigir que cada quién haga su trabajo y que lo haga bien...

Pues es nuestra responsabilidad hacer política... por la convicción de que es posible...